«¿Eres un ser humano?» Esta interrogante, acompañada por ciertas pruebas, se ha erigido como una suerte de norma al momento de inscribirnos en plataformas web. Después de todo, necesitamos corroborar frente a los servidores nuestra condición humana, evitando así que una astuta máquina se aproveche de las debilidades del sistema. No obstante, un reciente estudio podría corroborar que los bots superan a los propios individuos al enfrentar pruebas CAPTCHA.
La investigación, divulgada en arXiv, fue llevada a cabo por la Universidad de California y abarcó 200 sitios web de gran popularidad. De acuerdo con los hallazgos, 120 de ellos seguían empleando sistemas CAPTCHA para autenticar a los usuarios. De esta forma, se convocó a 1.000 participantes en línea, seleccionados de manera diversa en cuanto a su origen, situación y edad, con el propósito de evaluar la eficacia de estos métodos de seguridad.
En este escenario, cada uno de los mil contendientes debía realizar diez pruebas CAPTCHA de los portales seleccionados, seguidamente evaluando su nivel de dificultad. El desenlace resultó sorprendente. Conforme a las explicaciones brindadas por los investigadores, ciertos bots ya familiares para la comunidad científica lograban superar a los seres humanos, tanto en velocidad como en precisión.
A modo de ejemplo, algunos de los participantes requerían de nueve a quince segundos para concluir el examen, con una exactitud aproximada del 50 al 84 %. Contrariamente, a los bots les bastaba menos de un segundo para resolver el desafío, presentando además una consistencia fluctuante entre el 85 y el 100 %. En la mayoría de las instancias, este porcentaje se mantenía por encima del 96 %.
El dilema de las pruebas CAPTCHA y su falta de eficacia en la época de los autómatas.
Aunque esta indagación aún requiere someterse a revisión, sus conclusiones nos permiten extraer ciertos puntos clave. En primer lugar, resalta la inefectividad de los CAPTCHA en resguardar la web de la infiltración de bots, lo que paradójicamente parece afectar principalmente a los individuos.
No solamente los bots ya plantean una amenaza para estos sistemas. Hemos observado situaciones donde la inteligencia artificial ha demostrado ser muy imaginativa para lograr sus objetivos. Hace unos meses, GPT-4 asumió la identidad de una persona con discapacidad visual para sortear uno de estos desafíos, y tuvo éxito en su intento.
Así, los bots han sobrepasado los CAPTCHA, y estos últimos empiezan a representar más un inconveniente que una medida de seguridad. En efecto, perturban la fluidez de la navegación por la red. De hecho, algunas funciones del iPhone atacan precisamente estas pruebas, eximiéndote de la mayoría de ellas, siempre que navegues mediante Safari.
Una fresca generación de desafíos CAPTCHA
De manera contrastante, parece que en un esfuerzo por obstaculizar la lógica deductiva de los bots, se están introduciendo cada vez más pruebas CAPTCHA sin una solución lógica evidente. Un reporte de Vice, hace algunos meses, dio a conocer la existencia de una comunidad en Discord que compartía este tipo de anormalidades.
En un caso particular, se solicitaba a los usuarios que identificaran todas las imágenes que incluyeran a un «Yoko». Sí, algo inexistente. Para complicar aún más las cosas, un sistema de inteligencia artificial había generado las imágenes de este objeto ficticio, lo que hacía igualmente enigmático reconocer su contenido en cada imagen.
De manera irónica, la perfección de los bots en la resolución de este tipo de desafíos también está vinculada con la naturaleza de los CAPTCHA. Después de todo, además de ser implementados para salvaguardar contra registros automáticos en sitios web o servicios, también se usan para adiestrar y perfeccionar sistemas de inteligencia artificial, lo que los hace susceptibles de ser descifrados y superados de manera sistemática.
Fuente: https://hipertextual.com/