Un informe publicado en 2015 en la prestigiosa Nature revelaba que la humanidad ya se ha cargado el 54% del total de los árboles que poblaban nuestro planeta. La deforestación es una amenaza real y causa sequías e incluso tsunamis, pero si la madera, material clave en muchos ámbitos, no se puede cortar, ¿qué hacemos? Fácil: imprimirla.
De la carne a la madera. Hace tiempo que gracias a singulares impresoras 3D se han logrado imprimir chuletones, solomillos, carne de pollo, e incluso filetes de ternera en la Estación Espacial Internacional. Ahora un equipo del MIT ha ido un poco más allá y ha logrado imprimir madera y así lograr obtener el preciado material sin cortar un solo árbol.
Zinnia (o Guadalajara). Como señalan en Interesting Engineering, así se llama el género de planta anual y perenne que ya se hizo famosa por ser una de las primeras plantas florecida en la ISS, pero ahora se han usado sus células para «bio-imprimir» piezas de madera de cualquier forma y tamaño.
Hormonas. Para conseguirlo, los investigadores trataron las células de zinnia en un medio líquido al que aplicaron una solución de gel que contenía hormonas y nutrientes.
Descubrieron que al cambiar la concentración de hormonas era posible modificar la rigidez, resistencia, densidad y otras propiedades físicas y mecánicas de la materia vegetal cultivada en laboratorio.
Una empresa floreció. La investigadora que dirigió al equipo, Ashley Beckwith, ha acabado fundando una empresa llamada Foray Bioscience dedicada precisamente a «crear productos de madera sin hacer caer ni un solo árbol».
Células animales. Este proyecto es el primero de su clase: los científicos ya habían utilizado métodos similares para lograr crear materia animal (como carne), pero no vegetal. Beckwith y su equipo planean ahora imprimir madera en 3D en un laboratorio a partir de células de árboles como el pino. Si lo logran, estaremos ante una potencial solución para el problema de la deforestación. Y quizás otros derivados de ella.
Fuente: https://www.xataka.com/