Nunca he conocido a nadie en el mundillo de la tecnología que no haya oído (y, casi siempre, también dicho) aquello de «Prueba a reiniciar» ante cualquier noticia de problemas en un PC. A estas alturas parece una simple frase recurrente, casi un ejercicio de autoparodia por parte de los informáticos; o bien una solución mágica, al nivel de un ‘toca madera’ posmoderno.
Pero, en ocasiones, reiniciar un ordenador (al igual que ocurre al hacerlo con el móvil) no tiene nada de solución mágica, sino que, efectivamente, puede resolver varios problemas cotidianos de nuestro dispositivo. Al menos, cuando el origen de dichos problemas radica en el software del mismo.
Una de las cosas que ocurren cuando reiniciamos es que la memoria RAM (donde se cargan el sistema operativo y las aplicaciones abiertas) se vacía: numerosos datos innecesarios de todo tipo de las aplicaciones y documentos que vamos abriendo y que no siempre se liberan al cerrarlos, provocando así que la RAM disponible sea cada vez menor (y, por lo tanto, ralentizando el equipo).
En ocasiones, este problema se debe a un error de programación por parte del desarrollador del software: es lo que llamamos una ‘fuga de memoria’. En otras ocasiones esos errores de programación no afectan a la cantidad de memoria disponible, pero pueden llegar a afectar a otros programas (o al mismo sistema operativo) provocando inestabilidad, errores impredecibles y pérdida de información.
De nuevo, esa clase de problemas desaparecerán al borrarse la RAM (aunque pueden reaparecer al volver a abrir la aplicación afectada, por desgracia).
En otras ocasiones, lo que nos interesa no es tanto borrar el contenido de la RAM como restablecer algún proceso o configuración a su estado inicial. En algunas ocasiones, una conexión WiFi o Bluetooth, o un dispositivo externo plug&play puede fallar por multitud de razones: muchas de ellas, sin ser graves, nos darán muchos dolores de cabeza si nos empeñamos en solucionarlas sin hacer borrón y cuenta nueva. Pero reiniciando y volviendo a intentarlo -¡voilá!- nos encontraremos con que funcionan adecuadamente.
Pero, ¿los PCs no están pensados para funcionar meses sin apagarse?
Los ordenadores, en condiciones ideales, deberían funcionar bien durante largos períodos de tiempo sin reiniciar, sí. Es cierto. Pero, en primer lugar, que puedan funcionar sin reiniciarse no significa que sea malo hacerlo (alguna vez he oído esto también).
Y, en segundo lugar, no todos los ordenadores son iguales: que un servidor web se mantenga un año entero funcionando puede ser normal y deseable, pero tu PC doméstico no se parece en nada a un servidor…
… y sus condiciones distan de ser las ‘ideales’: los servidores web tienen relativamente poco software, y éste se mantiene activo y estable la mayor parte del tiempo: no hay ningún usuario abriendo un videojuego, cerrándolo, instalando un reproductor multimedia para probarlo, desinstalándolo, actualizándolo…
…y así docenas de veces en un sólo día. Y no hablemos de los drivers que se instalan sobre la marcha cada vez que conectas un nuevo dispositivo USB… De modo que no, no son casos similares. Tu PC de escritorio vive una vida muy estresante, y necesita una cabezada rápida de vez en cuando para despejarse.
Fuente: https://www.genbeta.com/