Es un evento recurrente cada año: un segmento significativo de la audiencia siente antipatía hacia las películas navideñas. ¿Es esto un desdén hacia las costumbres tradicionales? ¿Una respuesta a la proliferación abrumadora de relatos excesivamente dulcificados? Si te cuestionas si existe algún defecto en ti por tu falta de tolerancia hacia este género, tenemos noticias alentadoras para ti: no hay nada incorrecto en sentirlo así.